Habrá revancha

Con Liverpool esperando en Atenas, Milan y Manchester United se jugaban la segunda plaza en la final de la Champions League. El 3-2 del partido de ida daba la ventaja al equipo inglés, ventaja que los italianos rápidamente iban a derrumbar.
A los 11 minutos Kaká, el aporte joven del equipo con mayor promedio de edad, aprovechó los desbarajustes de la defensa de Manchester United y abrió el marcador, a los 30 el holandés Clarence Seedorf pusó el segundo mientras los hombres de la última línea de los Red Devils se miraban entre ellos sin poder entender cómo podían marcar tan mal.
Gabriel Heinze ocupó el lateral izquierda de la defensa inglesa y estuvo a tono de sus compañeros: los desbordaron casi siempre, no fue salida nunca y perdió en casi todas las intervenciones, hayan sido por arriba o por abajo.
A 12 del final, Alberto Gilardino marcó el 3-0 definitivo después de un contraataque que mostró al equipo inglés horrendamente parado: el delantero recibió casi en el círculo central la pelota sin ningún marcador cerca y corrió tranquilo hasta el área para definir ante la salida del arquero.
El 23 de mayo en Grecia Milan intentará sacarse la espina de la final de la temporada 2004-2005, en la cual Liverpool empató el partido después de ir perdiendo 3-0 y se consagró campeón en la tanda de penales. Seguramente Javier Mascherano sea el único jugador de Selección en la máxima cita europea del año.

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Foto vía As