lunes, 16 de noviembre de 2009

Retroceder nunca

Si hay algo que lo caracterizó a Diego Armando Maradona en cuento a la actitud como jugador dentro de un campo de juego fue el hecho de no regalarle nada al rival. Hoy como entrenador, practica el mismo arte, pero con distinto rival. Cuando el técnico de la Selección es el único que sostiene que Argentina mereció empatar contra España, cuando no asoma ni el más mínimo grado de autocrítica, cuando no se baja del pedestal, está haciendo exactamente lo que hacía cuando jugada. No le regala nada a su rival, los que la tienen adentro, como él mismo los calificó en Montevideo.
El discurso de Maradona invita a pensar que jamás les va a concebir lo que los críticos, tanto los buena como los mala leche, están esperando: un mea culpa. Es que su historia no se lo permite, se va a mantener es su caparazón hasta dar vuelta la situación o hasta que se termine hundiendo, y es posible imaginar que ni siquiera en ese situación va a cambiar su discurso.
Mientras tanto, Argentina jugó su primer amistoso en la carrera al Mundial y quedó en evidencia que sin autocrítica -no necesariamente pública- el equipo no va a mejorar. Maradona tiene dos meses para refugiarse y pensar, la Selección lo necesita.

España 2-1 Argentina