jueves, 24 de mayo de 2007

No pudo ser

La extraña temporada de Javier Mascherano no pudo terminar de la mejor manera posible, después de pelear por no descender en Corinthians y en West Ham, el mediocampista de la Selección argentina cayó en silencio en Liverpool, equipo en el cual rápidamente se hizo un lugar entre los titulares y casi sin darse cuenta llegó a la final de la UEFA Champions League contra Milan.
Antes del partido, Mascherano tenía asignada la tarea más difícil: marcar al mejor jugador del torneo, Kaká. Cada vez que el brasileño quiso arrancar desde atrás, Xabi Alonso lo anticipó o Mascherano le robó la pelota; cada vez que el jugador de Milan quiso empezar la jugada como delantero, los defensores de los Reds le ganaron en el mano a mano.
A 13 minutos del final y con el resultado en contra, el entrenador de Liverpool sacó a su único mediocampista amonestado para poner a un segundo delantero, lamentablemente ese jugador fue Mascherano. Tres minutos después Kaká apareció sin marca en la mitad de cancha y habilitó espectacularmente a Filippo Inzaghi, quien marcó el segundo gol de su equipo (y segundo personal) después de dejar en el camino al arquero.
Sobre la hora, Liverpool logró descontar de cabeza y alimentar a los fantasmas de la final de la temporada 2004-2005, en la cual el equipo inglés le empató a los italianos después de ir perdiendo 3-0 y ganó la copa en los penales. Pero en los últimos minutos volvió a aparecer Kaká, esta vez para hacer tiempo con la pelota y terminar festejando.
Seguramente en la Copa América Venezuela 2007, torneo que Kaká no va a jugar, Mascherano buscará revancha.

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Foto vía La Nación